La profesoraCinzia Casiraghi dirige un laboratorio especializado en materiales bidimensionales como el grafeno en la Universidad de Mánchester (Reino Unido), con los que fabrica fotodetectores y memorias lógicas mediante tintas de impresión. Llegar hasta aquí no ha sido nada fácil para esta ingeniera italiana, según ha comentado a Sinc durante el encuentro Women in Graphene celebrado esta semana en Londres.
En la naturaleza se pueden encontrar moléculas trenzadas, como el ADN circular o diversas proteínas, pero a los científicos les cuesta mucho sintetizarlas en el laboratorio. Ahora, por primera vez, han conseguido crear una con tres hebras. La diminuta ‘nanotrenza’ tiene 192 átomos y ocho cruces, una estructura anudada que ayudará al desarrollo de materiales más resistentes.
Esta semana se ha presentado en Barcelona el proyecto europeo BrainCom, que con un presupuesto de 8,35 millones de euros aprovechará las propiedades únicas del grafeno y otros materiales orgánicos para desarrollar una tecnología radicalmente nueva de implantes corticales ultraflexibles. Sus resultados ofrecerán soluciones para rehabilitar pacientes con trastornos en el habla gracias a innovadoras interfaces cerebro-ordenador.
Las porfirinas, las mismas moléculas que transportan el oxígeno en la hemoglobina y absorben la luz durante la fotosíntesis, se pueden unir al material del futuro, el grafeno, para dotarlo de nuevas propiedades. Lo acaba de demostrar un equipo de científicos de la Universidad Técnica de Múnich en el que participa una investigadora española. Las estructuras híbridas resultantes se podrían aplicar en el campo de la electrónica molecular y el desarrollo de nuevos sensores.
Investigadores de la Universidad Jaume l de Castellón han desarrollado un nuevo compuesto bactericida que se activa con la luz. Se puede utilizar para esterilizar el material quirúrgico y para tratar patologías cutáneas.
Investigadores de la Universidad de Barcelona y de la Universidad Bochum del Ruhr (Alemania) han logrado explicar un caso de cambios químicos provocados por la aplicación de fuerzas de tensión: el de la ruptura de moléculas de disulfuros enlazadas a cadenas poliméricas. En el estudio se ha empleado la simulación por ordenador para describir las transformaciones que se producen cuando estas moléculas están sometidas a fuerzas mecánicas de diferente intensidad.
Investigadores del Instituto Catalán de Investigación Química, junto a colegas de EE UU, han conseguido cristalizar los esquivos clústeres de cromo, analizando el proceso con técnicas computacionales. Los clústeres de óxidos metálicos como este actúan en multitud de procesos naturales y pueden ayudar al desarrollo de nuevos materiales.
Científicos del Donostia International Physics Center y el Centro de Física de Materiales, junto a colegas de Cambridge, han creado una lente que puede concentrar la luz en dimensiones inferiores a las de un átomo, lo que la convierte en la más pequeña fabricada hasta ahora. Los investigadores han utilizado nanopartículas de oro para desarrollar estas lentes focalizadoras, que permiten ver enlaces químicos individuales en las moléculas.
La Universidad de Barcelona y el Instituto de Ciencias de la Tierra Jaume Almera han creado BCN Rocks, una aplicación para dispositivos móviles inteligentes que informa sobre el tipo de rocas de los monumentos y pavimentos de Barcelona, combinando el mundo de la geología, la arquitectura y la historia. La nueva ‘app’ está disponible en catalán, castellano e inglés.
Investigadores de la Universidad Autónoma de Madrid y el instituto IMDEA Nanociencia han logrado procesar polímeros orgánicos con una técnica denominada microfluídica, que permite mezclar distintas disoluciones en conductos con menos de 0,1 mm de diámetro. De esta forma se pueden obtener fibras de material con la forma deseada, con el potencial de incorporarse a dispositivos tecnológicos mediante impresoras 3D.