Lepeichnus giberti es el nombre de la nueva traza fósil del Mioceno superior, muy compleja y excepcionalmente conservada, que se ha descubierto en el municipio de Lepe (Huelva). El carácter excepcional de L. giberti se debe a que, por primera vez, se ha encontrado el registro fósil de cada una de las etapas de desarrollo de una traza fósil, desde su origen hasta su estadio final.
Pensamos en la ciudad y a nuestra mente vienen imágenes de tráfico, contaminación, ruido y muchedumbre. La urbe no parece ser el hábitat idóneo para otros animales además de los humanos. Sin embargo, científicos españoles y argentinos demuestran que alguna especie, como el mochuelo de las madrigueras, lleva unas pocas décadas adentrándose en la metrópoli desde el campo sin sufrir estrés.
La aparición de un nuevo fósil en Nova Olinda (Brasil) confirma que, en su origen, las serpientes tenían cuatro extremidades –dos anteriores y dos posteriores– con dedos. Tetrapodophis amplectus vivió durante el Cretácico Inferior (hace entre 146 y 100 millones de años) en las madrigueras del antiguo bloque continental llamado Gondwana.