Un equipo de la Universidad Politécnica de Madrid ha analizado un conjunto de bosques urbanos y acciones agrícolas implementadas en la ciudad de Lugo. Los resultados muestran que la expansión de la infraestructura verde urbana genera un balance neto positivo de absorción de dióxido de carbono que ayudará a reducir los efectos del cambio climático y a mejorar la resiliencia y la sostenibilidad.