Las transiciones que ocurren en los nanosistemas, como una reacción química o el plegado de una proteína, se ven muy afectadas por la fricción y el ruido térmico. Hace casi 80 años, el físico Hendrik Kramers predijo que estas transiciones son más frecuentes en un nivel de fricción intermedia, un efecto conocido como rotación de Kramers. Ahora científicos del ICFO y otros centros europeos han medido este efecto en una partícula atrapada con láser, confirmando por primera vez de forma experimental la predicción de Kramers.
Investigadores del Centro de Regulación Genómica (CRG) y el Instituto de Ciencias Fotónicas (ICFO) de Barcelona han desarrollado y patentado un sistema de microscópica de alta resolución para definir la arquitectura del genoma a escala nanométrica. De esta forma se ha detectado que las fibras de cromatina de las células especializadas, como las de los músculos o el hígado, están más empaquetadas que las de las células madre, lo que ayuda a determinar su grado de pluripotencia antes de usarlas en terapia celular o investigación biomédica.