Inspirado en el pez caracol de la fosa de las Marianas, este robot chino ha sido capaz de nadar de forma autónoma y autopropulsada a casi 11.000 metros de profundidad. Aunque de momento sus funciones son muy limitadas, sus creadores creen que el diseño, flexible, blando y ligero, puede sentar las bases de la robótica submarina en condiciones extremas.
El batiscafo Trieste se sumerge en el punto más hondo de la Tierra. / SINC