Gracias a la radiación del universo primigenio, científicos de Japón y EE UU han logrado investigar la materia oscura más atrás en el tiempo como nunca antes, tan solo 1.700 millones años después del Big Bang. Algunos resultados del estudio no se ajustan a los modelos cosmológicos.
Investigadores de la Universidad Autónoma de Madrid, la Universidad de Barcelona y otros centros internacionales han utilizado el universo como un detector para estudiar los neutrinos. Los nuevos límites obtenidos gracias a los cartografiados de galaxias acercan el descubrimiento de la jerarquía de masas de estas misteriosas partículas y la medida de su masa.