Un estudio evalúa las relaciones entre más de 200 factores ambientales y la presión sanguínea durante el embarazo y en la infancia. Los resultados muestran que, ya desde la fase fetal, el lugar en el que vivimos, lo que comemos y respiramos y los compuestos químicos que llegan hasta nuestro organismo pueden afectar a la presión sanguínea antes de alcanzar la adolescencia.
Un estudio europeo, publicado en The Lancet Planetary Health, analiza por primera vez el impacto en la salud respiratoria del exposoma, es decir, de la totalidad de exposiciones ambientales humanas desde la concepción en adelante. Los resultados mostraron que tanto la exposición prenatal como durante la infancia se asocia con una peor función respiratoria.
Un nuevo estudio ha analizado los factores ambientales a los que se han expuesto 30.000 mujeres embarazadas de nueve ciudades europeas. Los resultados, publicados en la revista Environmental Health Perspectives, muestran diferencias en función de la posición socioeconómica en los territorios estudiados.
Miles de niños y mujeres embarazadas de varios países europeos han participado en el extenso proyecto HELIX para caracterizar el exposoma, que combina todos los peligros ambientales a los que las madres y los niños están expuestos a lo largo de su vida. El trabajo se centra en las influencias ambientales sobre la obesidad, el asma y el desarrollo neurológico.