Un nuevo estudio, liderado por expertos de la Universidad de Inha, en Corea del Sur, asegura que los hombres castrados que existieron hace siglos disfrutaron de una existencia entre 14 y 19 años más prolongada que los varones de su época. El hallazgo podría explicar la influencia de las hormonas sexuales, como la testosterona, en la esperanza de vida.