Desde muy antiguo, los volcanes han cautivado la imaginación. Sus impresionantes despliegues de fuerzas telúricas han inspirado mitos, poemas, relatos, pinturas y películas. Escenarios de desgarradas pasiones, símbolos de la liberación de energías reprimidas o adversarios malignos, alcanzaron en la ficción su mayor protagonismo con el cine de catástrofe, por lo general con escaso rigor científico.
En septiembre de 1730, la tierra se abrió en Timanfaya. La lava corrió durante seis años, sepultó nueve pueblos y modificó por completo la isla de Lanzarote. Los cambios atmosféricos que provocó hace siglos aquella erupción o la del Tambora, en Indonesia, que ocultó la luz solar durante meses, también dejaron su rastro en los bosques centenarios ibéricos.
La erupción volcánica submarina que tuvo lugar en El Hierro en octubre de 2011 está aportando novedades relevantes para la ciencia. El análisis de las muestras tomadas en su día abre el camino hacia la predicción de fenómenos similares. Un equipo de científicos explica cómo algunos gases nobles procedentes del magma del manto terrestre quedaron atrapados en el esqueleto de los corales negros meses antes de la erupción. Detectarlos a tiempo puede servir de aviso ante futuros eventos volcánicos.
Ni el aumento de las temperaturas ni los cambios en la extensión del hielo marino. Fueron las grandes erupciones volcánicas, ocurridas en los últimos 7.000 años y que llegaron a cubrir hasta un metro de ceniza el hábitat de los pingüinos papúa, las responsables de la casi extinción de estos animales que tardaron varios siglos en recuperarse. El nuevo estudio permitirá predecir los cambios futuros en otras poblaciones de pingüinos.
Un estudio con participación española ha desarrollado un sistema que, gracias a un nuevo método de cálculo, tarda solo 15 minutos en registrar las variaciones en la corteza terrestre y estimar dónde se va a producir la erupción de un volcán. El modelo ha sido probado ya con los datos del estallido del Etna (Italia) en 2008 y podría ayudar a la toma rápida de decisiones en situaciones de crisis.
Dos expediciones al Cono Sur de América, lideradas por investigadores del CSIC, han analizado el impacto geoquímico de unos 100 depósitos de ceniza asociados a la erupción de varios volcanes andinos durante los últimos dos millones de años. Gracias al proyecto, los científicos han desarrollado una metodología para determinar las repercusiones de las erupciones volcánicas sobre el medio ambiente.