El calor tan sólo es una consecuencia que se suma a otros tantos efectos positivos y negativos que el sol puede causar en las personas, en su estado de ánimo, en su sistema inmune y, cómo no, en nuestro mayor órgano: la piel. Una nueva investigación, realizada por investigadores de la Universidad de Málaga (UMA), muestra que la obsesión por un bonito bronceado es uno de los principales puntos débiles de la concienciación ciudadana sobre el sol.