Los restos óseos de más de 40 équidos, junto a varios bóvidos, cerdos y un perro, encontrados en el yacimiento de Casas del Turuñuelo (Badajoz) revelan que este enclave de la Edad del Hierro se utilizó repetidamente para el sacrificio ritual de animales, el más grande descubierto en el Mediterráneo occidental.