Un estudio multidisciplinar, en el que han participado científicos del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC), revela que las manchas grises presentes en el techo y las paredes de la Cueva de Altamira son colonias microbianas constituidas sobre todo por bacterias del género Actinobacteria y cristales de carbonato cálcico inducidos por la actividad metabólica bacteriana.
Un equipo de científicos españoles ha establecido un método de análisis de los riesgos geológicos que afectan al patrimonio histórico, gracias a un ‘Índice de Riesgo Natural’ y a un ‘Factor de Seguridad’. El estudio del caso se ha centrado en la Cueva cántabra de Altamira.