Cuatro momentos de la evolución han quedado atrapados en un depósito de ámbar con protoplumas de dinosaurio y plumas de las primeras aves. Los restos indican tanto el posible color, como estructura y función del plumaje de estas especies.
Un equipo científico ha reconstruido una de las palmeras más antiguas que se conocen, la especie Sabalites longirhachis, muy cercana al origen del grupo de las palmeras en el Cretácico superior.