El compostaje aprovecha los residuos orgánicos que se producen cada día para convertirlos en abono. Pero, aunque este proceso aporta numerosas ventajas ambientales, también se crean compuestos orgánicos volátiles que emiten una gran cantidad de olores ofensivos. Un equipo de la Universidad de Córdoba ha desarrollado un nuevo método para evaluar el impacto oloroso que supone el compostaje.
Para determinar cuándo el compost destinado a agricultura está maduro y en qué momento no perjudica a la planta, un equipo de científicos ha empleado por primera vez un sistema de análisis de olores en el área de compostaje de residuos orgánicos. La nariz electrónica, capaz de medir hasta diez olores distintos, relaciona el olor del material orgánico con los procesos químicos y biológicos que tienen lugar en el abono e indica si es tóxico o no para la planta.
Cubos de residuos organicos para hacer compost.