A la vista de cómo marcha el trabajo podemos confiar en que este año tendremos varias vacunas españolas ya en producción. Serán vacunas muy estables, capaces de eliminar la transmisión del virus y luchar contra nuevas variantes.
Con 25 años de experiencia a sus espaldas, Isabel Sola es una de las personas en España que más saben de los coronavirus y sus vacunas. Desde enero, en su laboratorio del Centro Nacional de Biotecnología del CSIC Sola y su equipo están desarrollando su propia vacuna contra la covid-19. En el segundo capítulo de la audioserie la experta habla sobre las esperanzas, las reticencias y el ‘vacunacionalismo’ de algunos líderes.
En el Centro Nacional de Biotecnología (Madrid) ya han dado los primeros pasos para desarrollar la vacuna contra el nuevo virus. Y ahora esperan. Solo cuando lleguen los permisos podrán empezar un proceso que pasa por rescatar al virus: generarlo en el laboratorio a partir de su secuencia genética, sin necesidad de obtenerlo de un humano.
Investigadores del Centro Nacional de Biotecnología del CSIC han descubierto una nueva forma, desconocida hasta ahora, con la que las plantas producen jasmonato, una hormona de gran importancia en la defensa contra los patógenos y frente a situaciones de estrés. Desentrañar con detalle los mecanismos de producción de fitohormonas como esta puede ayudar en la obtención de cultivos más eficientes y resistentes.
Los microorganismos resistentes a antibióticos necesitan readaptar sus procesos metabólicos para no perder capacidad de supervivencia. Bloquear estos procesos de reorganización de la maquinaria interna de las bacterias puede ofrecer nuevas estrategias en la lucha contra los patógenos resistentes a antibióticos, según un estudio del Centro Nacional de Biotecnología del CSIC.
Un nuevo estudio desvela la maquinaria que permite a los virus que afectan a bacterias multiplicarse. El equipo de científicos ha demostrado que las proteínas Sak y Sak4 son esenciales para la replicación del ADN de los fagos –virus que infectan exclusivamente a las bacterias– clínicamente relevantes. Estos virus son en parte responsables de la capacidad de las bacterias patógenas para causar infecciones en humanos.
La rodopsina, una proteína poco conocida hasta hace unos años, permite a gran cantidad de bacterias y arqueas marinas captar la energía del sol y utilizarla para crecer más rápidamente o sobrevivir ante la falta de nutrientes. Un nuevo análisis revela la gran importancia de las rodopsinas para la ecología marina y su gran potencial en aplicaciones biotecnológicas.
Un trabajo realizado por científicos de España y EE UU ha desvelado cómo funcionan un tipo de proteínas celulares: las chaperonas, en concreto las Hsp70. Como si fueran máquinas nanométricas, las Hsp70 generan fuerza sobre otras proteínas, como la clatrina, a través de colisiones y estiramientos para romper uniones entre ellas o transportarlas a través de las membranas de distintos compartimentos celulares.
Investigadores del Centro Nacional de Biotecnología del CSIC han identificado a p21 como un actor fundamental en la modulación de la inflamación. Esta proteína regula la trasformación de los macrófagos de un estado activo y proinflamatorio a uno antiinflamatorio y reparador. Mantener un equilibrio de activación adecuado en el sistema inmunitario es esencial para afrontar enfermedades como la sepsis, el cáncer o enfermedades autoinmunes.
La variedad Andigena de patata produce sus tubérculos en invierno, cuando los días son cortos y las temperaturas más bajas. Científicos del Centro Nacional de Biotecnología del Consejo Superior de Investigaciones Científicas han descubierto el mecanismo molecular que permite a la planta identificar la longitud del día para comenzar a tuberizar –transformarse en tubérculos–.