La bacteria Clostridium difficile es capaz de colonizar tanto humanos como animales y medio ambiente. Las infecciones que provoca, que pueden causar lesiones en el intestino, suelen estar ligadas a la estancia hospitalaria. Sin embargo, una investigación liderada por la Universidad Complutense de Madrid ha descubierto la presencia de esta bacteria en los areneros para niños y animales de parques madrileños. Los casos de infección por esta bacteria en niños son raros.
Elefantes, insectos, conejos, rumiantes y koalas comen esporádicamente caca de los demás en busca de vitaminas, minerales o bacterias de las que sus aparatos digestivos carecen. A los humanos les da más reparo pero también tienen sus estrategias y no, no se trata de coprofagia sino de un meticuloso procedimiento médico indicado en contadas ocasiones pero con un éxito casi del 100%. Se trata del trasplante de microbiota fecal.