El aborto constituye un grave problema de salud pública y un indicador de injusticia social en un gran número de países empobrecidos. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que en América Latina 3,7 millones de mujeres se someten cada año a abortos con un alto nivel de riesgo. Igualmente, 4,2 millones de mujeres ponen en peligro su vida para interrumpir un embarazo en África.