Un total de 13 universidades, centros de investigación especializados en acústica y asociaciones industriales de fabricantes de ocho países europeos participan en un proyecto del VII Programa Marco de la Unión Europea que trata de estudiar la eficacia de las pantallas acústicas mitigadoras del ruido en carreteras y vías férreas.
La utilización de la sal como anticongelante en carreteras es primordial durante el invierno. Sin embargo, acarrea numerosos problemas medioambientales y su uso ya ha sido prohibido en diversos países europeos. En el marco del proyecto regional Vialcyl se están buscando nuevos fundentes en base a subproductos con amplia presencia en Castilla y León como melazas de la industria azucarera, residuos del proceso vitivinícola o salmueras y lactosueros procedentes de las empresas lácteas.
Investigadores de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) proponen medidas para evitar el denominado top-down cracking, un problema que afecta a los pavimentos de las carreteras y cuya desaparición podría alargar un 50% la vida de éstos.
A la izquierda, agrietamiento clásico: la onda de ultrasonidos no puede pasar a través de la grieta. A la derecha, agrietamiento top-down: la onda de ultrasonidos bordea la grieta por su parte más baja y es recibida en el receptor. Fuente: UPM.
Reducción ponderada para bajar la siniestralidad un 60% en la UE entre 2006 y 2015.
Cada vez más carreteras españolas incluyen pasos específicos para la fauna o estructuras de tipo mixto, diseñadas para otros fines, que conectan la vida salvaje de un lado a otro de la vía. Investigadores de la Universidad Autónoma de Madrid han analizado 43 pasos utilizados por vertebrados para determinar la importancia de estas estructuras que facilitan los movimientos naturales y reducen la mortalidad por atropello de animales y por tanto, los accidentes de tráfico.
Por primera vez, un equipo multidisciplinar de científicos españoles ha estudiado las características filogenéticas y evolutivas de las plantas que crecen en los bordes de las carreteras y caminos, ante la ausencia de información ecológica para su gestión. La investigación, que supone un desafío para los científicos, se aplica en dos zonas del sur y este de la Península Ibérica, donde el clima influye de forma distinta en las comunidades vegetales.