Dos universidades españolas han relacionado la presencia en Tenerife de radiación de Cesio con el accidente nuclear ocurrido en 1986. Habría llegado a la isla por el polvo en suspensión del Sahara.
La tormenta de polvo desértico procedente del norte de África ha llegado a generar, de forma inusual, una de las mayores concentraciones de polvo en suspensión de la península ibérica. La presencia de este material particulado en suspensión tiene efectos perjudiciales en la salud no solo a nivel respiratorio u ocular como tradicionalmente se sabía, sino también cardiovascular.
Una histórica intrusión de polvo sahariano, propiciada por la borrasca Celia, está afectando la península ibérica desde ayer. Las partículas, que proceden del desierto del Sáhara y se desplazan por Europa hasta el Atlántico tropical, pueden degradar la visión, causar problemas respiratorios y empeorar la calidad del aire, convirtiendo a España estas horas en el país con el peor índice de la contaminación del aire.
Una excepcional lengua de polvo procedente del desierto del Sáhara y potenciada por los vientos de la borrasca Celia está impregnando la atmósfera peninsular. Según datos del Índice de Calidad del Aire, los altos niveles de polvo en suspensión desaconsejan cualquier actividad al aire libre en municipios de todo el territorio durante las próximas horas.
Las partículas saharianas que enrojecen el cielo canario transportan bacterias, virus, hongos y arqueas biológicamente activos. Investigadores en todo el mundo, también en Tenerife, estudian este gran cinturón aéreo que fertiliza el planeta y que puede afectar a la salud humana.