Investigadores de la Universidad de Almería han aumentado el rendimiento energético de un nuevo tipo de paneles solares basados en un pigmento vegetal obtenido de las buganvillas para generar electricidad. Los expertos han logrado esta mejora con modificaciones en el electrodo, el componente en el que se genera la corriente eléctrica.
Antonio Luque, presidente del Instituto de Energía Solar de la Universidad Politécnica de Madrid, encabeza un equipo de investigación que ha conseguido financiación del Gobierno ruso para crear un laboratorio de células solares nanoestructuradas, más eficientes que las convencionales de silicio. El proyecto fue seleccionado en una edición de Megagrant, una iniciativa puesta en marcha por Rusia en 2010 para atraer a investigadores de relevancia internacional, a la que concurrieron otras 720 propuestas.
Nanoanillo de plata observado al microscopio electrónico de barrido. Foto: ITMA
El Instituto de Ciencia de los Materiales de la Universitat de València (UV) participa, junto a otros 3 socios europeos, en un proyecto destinado a optimizar la eficiencia energética de las células solares.
El catedrático de Física Aplicada de la Universitat Jaume I (UJI) de Castellón Juan Bisquert levanta un círculo de plástico fino, ligero y flexible del tamaño de un folio A3: es una de las primeras células solares totalmente orgánica que se produce en línea y ha sido fabricada en Dinamarca. Por sus múltiples aplicaciones, entre ellas, su integración en edificios y dispositivos móviles, científicos de todo el mundo, entre ellos, el grupo de Bisquert junto a la Universidad de Alicante y la Universidad Miguel Hernández de Elche, trabajan a contrarreloj para desarrollar láminas de este estilo destinadas a generar energía a partir de la luz solar.