Un equipo internacional liderado desde la Universidad Autónoma de Barcelona ha hallado la evidencia más antigua de consumo de plantas, y no solo carne como se pensaba, tras analizar la placa dental de dientes encontrados en la Cueva de Qesem, en Israel, pertenecientes a humanos del Pleistoceno Medio. Los investigadores también han conseguido en este material dentario la primera prueba de materiales irritantes respiratorios o alérgenos, como esporas de hongos y polen.