Septiembre es el mes en el que millones de españoles vuelven al trabajo tras sus vacaciones. A muchos les cuesta adaptarse de nuevo al despertador, los atascos y la actividad diaria. Los expertos sostienen que este proceso adaptativo, que se refleja en forma de tristeza, ansiedad, nerviosismo e irritabilidad, es normal y no se trata de una depresión.
Un estudio de la Universidad de Zaragoza podría facilitar el reconocimiento de quienes padecen el síndrome del profesional 'quemado' o burn-out, tras identificar las estrategias que usan los afectados para afrontar el estrés asociado a los tres perfiles de esta afección: frenéticos, sin desafíos y desgastados.