Investigadores del Institut de Ciències del Mar del CSIC han publicado esta semana en la revista Science Advances un estudio en el que revelan detalles acerca del papel que desempeñan estos organismos microscópicos, que son importantes en el ciclo de los nutrientes y en la fijación de carbono.
Esta oceanógrafa que ha caminado por el lecho marino y ayudado a construir sus propios sumergibles aboga por cambiar nuestra mirada hacia los peces, tener empatía y comprender que cada uno es una criatura diferente, con una personalidad propia. Solo si dedicamos tiempo a observar y estudiar las especies acuáticas, podremos proteger los ecosistemas oceánicos y, en consecuencia, nuestra propia vida en la Tierra.
Científicos españoles sugieren que los componentes moleculares de nuestras células cerebrales podrían haber comenzado a formarse hace unos 800 millones de años en los ancestros de animales que hoy habitan discretamente en zonas poco profundas del mar.
La biodiversidad marina del Golfo de Cádiz y del Mar de Alborán muestra un preocupante declive durante las últimas tres décadas, según revela un estudio liderado desde la Universidad Autónoma de Madrid. Los resultados, publicados en la revista Sustainability, muestran cómo los esfuerzos actuales no son suficientes para frenar las presiones antropogénicas que amenazan estos valiosos ecosistemas.
Los trabajos centrarán sus esfuerzos en la protección y recuperación de hábitats costeros y marinos degradados así como en acciones para prevenir y minimizar la contaminación química, eliminar la basura y los plásticos de los ríos europeos o fomentar la pesca de bajo impacto ambiental.
Se trata de un pacto histórico que permitirá establecer un marco para la distribución justa de los beneficios derivados de los recursos genéticos marinos, así como la creación de áreas protegidas en zonas situadas fuera de las jurisdicciones nacionales. El titular de Naciones Unidas António Guterres celebró el acuerdo, que entrará en vigor tras su ratificación, y recordó que “las amenazas globales requieren una acción a escala mundial”.
Tras casi dos décadas de negociaciones, el Tratado de alta mar es el nuevo marco legal de Naciones Unidas para preservar la biodiversidad marina en aguas internacionales. El objetivo es declarar como áreas protegidas el 30 % de los océanos del mundo, destinando más dinero a la conservación y cubriendo el acceso y el uso de los recursos genéticos.
La caída de las coladas al mar en La Palma ha impactado sobre todo a los organismos que viven fijos en el fondo oceánico, mientras que los peces evitan la zona. Los expertos esperan que la catástrofe tenga efectos localizados y de menor impacto que la erupción submarina que tuvo lugar en El Hierro en el año 2011.
Gracias al uso del registro fósil, un equipo de científicos, con participación de la Universidad de Santiago de Compostela, ha reconstruido los patrones de la biodiversidad marina de los últimos miles de años y ha realizado proyecciones con los niveles actuales de emisiones de CO2. Los resultados indican que la crisis climática intensificará la reducción de la diversidad pelágica tropical hasta niveles que no se han visto en millones de años.
En el último siglo, las rachas de temperaturas altas se han hecho más largas y frecuentes en los océanos a consecuencia del cambio climático. Un equipo internacional de científicos, con participación del Centro Nacional de Supercomputación (BSC–CNS), ha cuantificado por primera vez la magnitud de este fenómeno, que diezma las especias acuáticas y altera sus ecosistemas.