Estos pequeños roedores, protagonistas del #Cienciaalobestia, viven en colonias estrictamente organizadas. Un equipo internacional de científicos ha descubierto que los individuos de mayor rango social presentan bazos más grandes. El aumento del tamaño de este órgano no solo les protegería mejor contra enfermedades, sino que podría incrementar su longevidad.
Una nueva investigación describe la estrategia que utilizan las células del sistema inmunitario innato ante una infección fúngica generalizada. Los científicos sitúan al bazo como un órgano clave donde se activan las defensas encargadas de acabar con el hongo cándida que coloniza todo el cuerpo. El estudio demuestra el papel central de la molécula IL-15 en este proceso y abre las puertas a nuevas terapias más eficaces frente a las infecciones fúngicas.
Científicos europeos, entre los que se encuentran investigadores de la Universidad Complutense de Madrid, han diseñado un nanomedicamento que, administrado de forma oral, se acumula en el bazo, hígado y pulmón, y evita la toxicidad en los riñones. El nuevo compuesto, probado en ratones y perros, ha resultado útil en el tratamiento de infecciones fúngicas y leishmaniasis.
Investigadores españoles han liderado un estudio sobre los órganos en un chip. Los expertos han creado, por primera vez, un modelo funcional de bazo en 3D capaz de actuar como este órgano y filtrar los glóbulos rojos de la sangre.
Científicos del Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas han descrito un nuevo subtipo de células linfoides innatas esenciales para la producción de anticuerpos, un hallazgo que puede desembocar en el desarrollo de vacunas más eficaces contra las bacterias encapsuladas.