Las imágenes más escabrosas del atentado del 11 de marzo de 2004 en Madrid impactaron en la retina de las niás y niños de Castellón, causando en una cascada de reacciones emocionales, infravaloradas en muchos casos por padres y profesores. Ésta es la principal conclusión de un estudio de la Universitat Jaume I que demuestra la elevada reactividad emocional de los escolares ante desastres seguidos por televisión.