Aunque esta comunidad presenta una mayor incidencia de tumores con respecto a la población global, todavía falta evidencia científica sobre cómo adaptar la prevención y el tratamiento a estos pacientes. Además, resulta necesario ampliar los conocimientos de los especialistas para una mejor atención.
La situación actual de la epidemia causada por la COVID-19 supone una prueba para todo el sistema de salud. Ricardo Martino Alba, experto en cuidados paliativos del Hospital Infantil Universitario Niño Jesús de Madrid, analiza cómo influye en los profesionales, pacientes y familias esta situación y afirma cómo la fragilidad del ser humano debe ser el eje central de la atención sanitaria.
Cada día, las complicaciones en el embarazo o el parto provocan la muerte evitable de unas 800 mujeres. Entre el 8 y el 15% de ellas fallece como consecuencia de abortos inseguros, que se convierte en la principal causa de mortalidad materna en todo el mundo. Sin embargo, unas siete millones mujeres sobreviven a estos abortos pero siguen necesitando asistencia médica. Un nuevo estudio repasa su situación en 26 países en desarrollo.
Una investigación reciente en la que participa la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad Complutense de Madrid, muestra que los individuos con menor capacidad económica hacen un uso más intensivo de la atención primaria debido, principalmente, a que tienen peor salud.
Disminuir los riesgos a los que se enfrentan los pacientes y lograr una atención sanitaria más segura. Éste es uno de los retos del Ministerio de Sanidad y Consumo (MSC) para impulsar la prevención de efectos adversos en el ámbito sanitario. Así lo ha puesto hoy de manifiesto Bernat Soria, ministro de Sanidad y Consumo, en la inauguración de la IV Conferencia Internacional de Seguridad del Paciente.