Una historiadora de la Universidad de Cambridge ha encontrado en un museo de Verona este instrumento astronómico medieval que, según sus inscripciones, pudo fabricarse en Toledo, en Al-Ándalus, durante el siglo XI. Después circuló por la comunidad sefardí en España, el norte de África e Italia, donde acabó en la colección de un noble en el siglo XVII.
Hace un siglo apareció el nombre de una desconocida astrónoma andalusí en la enciclopedia Espasa Calpe. Hoy su leyenda se extiende por internet, pero historiadores y arabistas insisten en que es una pura invención. No se ha encontrado ni un solo documento antiguo que acredite su existencia, aunque algunas pistas conducen a la Real Biblioteca de El Escorial.