La crisis climática afectará en más del 50 % a los cultivos vinícolas incluso si se consigue limitar el aumento de temperaturas a 2 ºC. Sus efectos serán peores con escenarios más cálidos. Pero las consecuencias pueden ser parcialmente reversibles y las pérdidas agrícolas reducirse si se apuesta por la sustitución de variedades de uvas en los cultivos.