Investigadores de las universidades de Córdoba y Granada han validado una nueva tecnología que transforma el lodo de las aguas residuales en fertilizantes de forma eficiente. El sistema, probado a escala industrial, evita malos olores y reduce hasta en dos meses el tiempo que se necesita para sanear la materia orgánica del lodo y convertirla en abono para la agricultura.
Un equipo de científicos ha patentado un nuevo material con propiedades fertilizantes para cultivos a partir de la mezcla de arcilla y desechos procedentes de diferentes industrias. Han conseguido un producto con mayor capacidad aislante y de retención de agua que los utilizados actualmente. Además, el procesado de los restos se realiza de una manera más sostenible y con menor coste.
Investigadores de las universidades de Sevilla y Córdoba han comprobado el incremento en la producción y calidad del grano de maíz cuando el abono orgánico se aplica directamente sobre la hoja y planta del cultivo. Los biofertilizantes, obtenidos a partir de lodos de depuradora, contienen unas sustancias orgánicas que permiten que la planta pueda absorber mejor los nutrientes y así crecer mejor.
Científicos de varias instituciones españolas han comprobado que la cáscara de almendras favorece el desarrollo de ciertas bacterias implicadas en la producción de antibióticos que retrasan o inhiben el crecimiento de hongos en árboles de aguacates. Estas sustancias reducen o eliminan la actividad del microorganismo que pudre la raíz de estos árboles.
Para determinar cuándo el compost destinado a agricultura está maduro y en qué momento no perjudica a la planta, un equipo de científicos ha empleado por primera vez un sistema de análisis de olores en el área de compostaje de residuos orgánicos. La nariz electrónica, capaz de medir hasta diez olores distintos, relaciona el olor del material orgánico con los procesos químicos y biológicos que tienen lugar en el abono e indica si es tóxico o no para la planta.
Investigadores andaluces del instituto IFAPA han reutilizado un ubproducto de las almazaras, el alperujo, para incrementar la calidad de los suelos y la producción de aceite hasta un 8%. Se trata de una alternativa sostenible al sistema de fertilización en olivar.
Un equipo formado por investigadores de la Universidad de La Rioja y el Instituto de Recursos Naturales y Agrobiología de Salamanca ha determinado que el compost elaborado a partir del sustrato en el que crecen hongos tiene capacidad como adsorbente de fungicidas y regula su dispersión en el medio ambiente, dos características de gran utilidad para usos agrícolas.
Un estudio de la Universidad de Barcelona revela que los tomates de cultivos en los que no se emplean abonos nitrogenados tienen un nivel más elevado de compuestos fenólicos que los tomates de cultivos convencionales.
Un grupo de investigadores del Instituto de Recursos Naturales (Irena) de la Universidad de León han comenzado a desarrollar un inoculante para reducir el consumo de abono en el cultivo de la alubia. El producto es un concentrado de bacterias que se aplica a la semilla poco antes de su sembrado para mejorar el desarrollo del cultivo. De momento no se comercializa en el mercado español.
Las leguminosas son una fuente de proteína de calidad para la alimentación humana y animal, así como un elemento clave para la agricultura sostenible dado que no necesitan el uso de abonos nitrogenados. En Europa, históricamente es un cultivo poco extendido y la dependencia del exterior es excesiva. Por ello, la Unión Europea ha tratado de fomentar su producción entre los agricultores a través de diversas ayudas, de modo que la superficie cultivada ha crecido notablemente en los últimos años.