La Universidad de Zaragoza y el Instituto de Nanociencia de Aragón apuestan con fuerza por el hidrógeno y las pilas de combustible como la opción del siglo XXI para la producción limpia y eficiente de energía y calor, pero no a partir de combustibles fósiles, como el petróleo, gas natural, sino de energías renovables, como la fotovoltaica, solar y eólica.
El grupo de investigación “Películas y partículas Nanoporosas” (NFP) de la Universidad de Zaragoza y miembro del Instituto Universitario de Nanociencia de Aragón (INA) trabaja en el diseño de un nuevo dispositivo: la llamada pila de hidrógeno, que consigue electricidad a partir de combustibles renovables. El objetivo, reducir en un 20% las emisiones de CO2 a la atmósfera. Este proyecto de ámbito internacional se llama Zeocell, ha sido presentado en el último congreso de la Sociedad Americana para el Avance de la Ciencia en EE UU, y se enmarca dentro de los objetivos trazados por la Unión Europa que deberían convertirse en una realidad a partir de 2020.