Es uno de los rincones más bellos de la provincia de Ávila pero curiosamente, a la vez, uno de los menos conocidos. Se trata de la Sierra de Villafranca, pegada a los pies de Gredos, que le debe quizá al espacio natural más famoso de estas tierras ese desconocimiento de siglos que, a la vez, se ha convertido en su mejor aliado. Y es que gracias a ese involuntario aislamiento, la Sierra de Villafranca se mantiene casi libre de la intervención del hombre, conservando especies animales y vegetales únicas en el centro peninsular.