Tras integrar su módulo de comunicación en España, este mes viajará a Francia el satélite SpainSat NG II de Hisdesat para completar su montaje y las pruebas que permitirán su lanzamiento en 2025. Antes, este mismo año, está previsto que despegue SpainSat NG I. Juntos, prestarán servicio de telecomunicaciones globales al Gobierno español y las Fuerzas Armadas.
El Gobierno de España destinará 125 millones de euros al desarrollo de dos cargas útiles de satélite, uno geoestacionario y otro en órbita baja, junto a sus respectivas estaciones terrenas, para la llamada distribución cuántica de claves (QKD). Esta tecnología se podría incorporar en la constelación europea de comunicaciones seguras por satélite.
Soledad Torres Guijarro (Madrid, 1968) investiga en la actualidad la contaminación acústica en los ecosistemas submarinos y cómo reducirla. Pero esta experta en telecomunicaciones ha realizado una gran diversidad de proyectos a lo largo de su carrera, desde crear un sistema automático de la lengua de signos de términos médicos, hasta una herramienta que identifica mensajes de odio en redes sociales.
Morse patenta el sistema para codificar y mandar información mediante puntos y rayas. / Wearbeard
Investigadores de la Universidad Pompeu Fabra y otros centros han desarrollado algoritmos eficaces y de baja complejidad para que el internet de las cosas por satélite sea cada vez más accesible. Lo han conseguido gracias a la implementación de esquemas de acceso aleatorio.
El primer satélite de telecomunicación cuántica del mundo, que desde el espacio investigará tecnologías superseguras “a prueba de ataques cibernéticos” y fenómenos cuánticos, ha despegado desde el centro de lanzamiento de Jiuquan, en el desierto de Gobi (China). La denominación oficial del satélite es QUESS (QUantum Experiments at Space Scale), pero se le conoce popularmente como ‘Mozi’, en honor a un filósofo y científico chino del siglo quinto a.C.
Facebook y Microsoft han anunciado la construcción de un cable submarino de 6.600 kilómetros que atravesará el océano Atlántico desde la costa este de EE UU hasta Bilbao. El cable, denominado Marea, tendrá una capacidad 160 terabytes por segundo –16 millones de veces más rápido que una conexión de internet doméstica–. Con esta infraestructura, los dos gigantes tecnológicos podrán mover de manera más eficiente las enormes cantidades de datos generados por sus populares servicios online.