El sistema DRIVSCO, en el que han participado seis países europeos, detecta cuándo el conductor tiene un “comportamiento no habitual” frente a una curva o un obstáculo en la carretera, y genera señales de alarma. El 42% de los accidentes de tráfico mortales se producen de noche, según datos del Comisariado Europeo del Automóvil.