Elon Musk ha activado su servicio Starlink en Ucrania para mejorar el acceso a internet, un ejemplo del potencial que ofrecen sus numerosos satélites en zonas remotas o en conflicto. La otra cara de la moneda son las interferencias que causan en las observaciones astronómicas, un problema serio que trata de abordar la Unión Astronómica Internacional y los propios operadores, como SpaceX.