Un estudio, en el que ha participado la Universidad de Zaragoza, ha demostrado que revelar el anonimato promueve la colaboración entre personas, frena la propagación de contenidos falsos en las redes sociales y ayuda a la resolución de conflictos. Los investigadores realizaron un expermiento con 154 estudiantes en China en el que se observó que la cooperación aumentaba cuando la identidad era desvelada.
Un nuevo prototipo permite integrar la participación ciudadana en la mejora de la gestión de emergencias. El sistema, desarrollado por investigadores de la Universidad Carlos III de Madrid, se puede manejar mediante una mesa inteligente y hace posible identificar a los individuos que se encuentran en un área de la catástrofe y comunicarse directamente con ellos. Además, es capaz de extraer información de redes sociales como Twitter para acelerar y mejorar la gestión de accidentes, huracanes o terremotos.
No todos los contenidos se transmiten de la misma forma por las redes sociales y nuestro cerebro influye en la decisión de compartir o no un artículo en internet. Una investigación de la Universidad de Pensilvania ha detectado las claves para predecir la viralidad de un contenido en la red según la actividad cerebral del lector.
Investigadores de la Universidad de Granada han desarrollado un algoritmo bioinspirado en las colonias de abejas que puede ayudar a las fuerzas de seguridad a tomar las decisiones para desarticular redes sociales peligrosas La herramienta detecta e identifica de manera automática cuáles son los actores o nodos más problemáticos dentro de una determinada red y las relaciones de interconexión entre ellos.
Un estudio con 12 millones de usuarios de Facebook, llevado a cabo por investigadores de EE UU, indica que la utilización de esta red social está asociada con una menor mortalidad, siempre que sirva para mantener y mejorar los vínculos sociales en el mundo real.
La construcción de una imagen social de prestigio es un rasgo esencial de la psicología humana y promueve la cooperación entre las personas, tanto en una tribu de Oceanía como en una gran metrópoli. Así lo asegura un estudio liderado por la Universidad Jaume I, de Castellón, desarrollado en Teop (Papúa Nueva Guinea). La comunidad fue seleccionada por sus pequeñas dimensiones y bajos niveles de complejidad social.
Los museos han pasado de centrar su comunicación en los fondos que poseen a poner el foco en el público visitante. Sin embargo, una investigación financiada por la Universidad Internacional de La Rioja sobre el perfil en Twitter del Museo del Prado, Museo Reina Sofía y Museo Thyssen-Bornemisza concluye que estas instituciones no tienen una estrategia definida para interactuar con el público en esta red social.
Un grupo de investigadores de EE UU asegura que los grupos de apoyo a Daesh –autodenominado Estado Islámico– son capaces de adaptarse y esquivar la censura en las redes sociales siguiendo patrones de comportamientos similares. Además, saben cómo diseminar información en espacios afines con el objetivo de inspirar a personas para que actúen por su cuenta. El equipo ha diseñado un modelo para detectar los patrones de conducta de los terroristas en internet y ayudar a predecir atentados.
En las bandas terroristas, los protagonistas son masculinos. Según una nueva investigación sobre los roles femeninos en Daesh y el extinto IRA irlandés, los estudiosos están infravalorando la importancia de las mujeres. Su papel es fundamental en la consolidación de las relaciones y la difusión de propaganda a través de las redes sociales.
Investigadoras de la Universidad de Valladolid han realizado un análisis del comportamiento lingüístico en las redes sociales de los estudiantes de diversos grados. El estudio señala que los alumnos prefieren Facebook para compartir opiniones sobre ocio, mientras que Whatsapp se utiliza más para conversar sobre las actividades, proyectos y tareas académicas que deben presentarse en un período de tiempo corto.