Desde hace tiempo se viene estudiando la posibilidad de valorizar un residuo considerado como inerte, tal como es el lodo de papel que se desecha después de su empleo repetidas veces en la fabricación del mismo. La manera de prescindir del residuo ha sido enviándolo a vertedero, no obstante, recientes investigaciones le han conferido un valor añadido al incorporarlo en la industria cementera en alguna de las etapas de fabricación de diferentes materiales (como combustible debido a su materia orgánica, en la fabricación del filler por la concentración de carbonato, etc).