Un estudio liderado por científicos españoles presenta evidencias de que en el noreste de la península ibérica hubo presencia de macro fauna de especies frías como mamuts y rinocerontes lanudos. Estos animales estarían asociados a condiciones climáticas rigurosas, según los restos hallados en el yacimiento catalán de la Cova del les Teixoneres del Paleolítico medio.
Un equipo del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH) de Burgos ha llevado a cabo un estudio que cuestiona que la presencia humana en el paisaje europeo fuera escasa y marginal durante el Pleistoceno Inferior. Según los investigadores, aunque los humanos no estaban entre las especies de mamíferos más comunes en Europa, tampoco pueden considerarse una especie poco frecuente en aquella época.
Un equipo de científicos del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana ha publicado un trabajo en la revista Journal of Human Evolution en el que se establece que los neandertales entre 3 y 6 años tenían menores tasas metabólicas basales y de crecimiento que los niños actuales.
Una investigación del Instituto Catalán de Paleoecología Humana y Evolución Social, en colaboración con la Universidad Autónoma de Barcelona, documenta el caso más antiguo de tratamiento paliativo asociado a una enfermedad bucal, como la inflamación de las encías, realizado con palillos. Esto supone un paso más para caracterizar a los neandertales como una especie con un amplio abanico de adaptaciones al medio y recursos, incluso en medicina.
Investigadores del Museo Nacional de Ciencias Naturales han estudiado la paleoecología y paleobiogeografía de los grandes mamíferos de Sudamérica durante el cuaternario analizando la proporción de isótopos estables en los dientes de los mamíferos fósiles. En esta etapa los mamíferos sudamericanos ocuparon una amplia variedad de hábitats desde los bosques a los pastizales.
Una investigación del Instituto Catalán de Paleoecología Humana y Evolución Social (IPHES) asegura que las tortugas formaban parte del menú de las primeras poblaciones humanas de Europa, hace alrededor de 1,2 millones de años. El estudio, que publica el Journal of Human Evolution, se basa en el análisis de 75 restos fósiles de tortugas encontrados en la Sima del elefante en Atapuerca (Burgos).