Un equipo de investigadores de Cataluña ha demostrado que el tráfico es la única fuente de partículas finas que se asocia con una reducción en el desarrollo cognitivo. Por ello, una reducción de la contaminación atmosférica procedente del tráfico en las escuelas primarias podría tener efectos beneficiosos sobre la cognición.
La química Ainhoa Inza ha estudiado la presencia en el País Vasco de PM10, un tipo material particulado (PM) contaminante formado por partículas inferiores a diez micras de diámetro y que daña la atmósfera, la salud humana, y los ecosistemas. En cuatro años no se ha superado el valor límite anual de 40 µg/m3 de PM10, tal y como estipula la Directiva europea 2008/50/CE.