Hoy en día la Estación Espacial Internacional (ISS) depende completamente de Rusia para mantenerse en órbita. Las naves de Space X, que contrata la NASA, transportan astronautas pero no pueden impulsar a la ISS para que mantenga su altura. Se espera que sí pueda hacerlo una nueva nave americana, Cygnus, que ya ha realizado con éxito un test de propulsión.