Un equipo de arqueólogos españoles, en colaboración con la empresa italiana Geostudi Astier, que ha desarrollado una tecnología de tomografía eléctrica en 3D, ha descubierto un foso defensivo en la ciudad Ibérica del Puig de Sant Andreu de Ullastret (Baix Emporda, Cataluña). El enclave data del siglo VI a.C y sus dimensiones y profundidad lo convierten en un elemento defensivo singular y poco habitual en las fortificaciones Ibéricas.