Los jugadores compulsivos se caracterizan, entre otras cosas, por desarrollar una fuerte ilusión de control. Una investigación en la que participa la UNED ha revelado que esta tendencia a sobrestimar las relaciones de causa-efecto podría condicionar otros aspectos de su vida cotidiana, y no únicamente aquellos relacionados con el juego patológico.
Investigadores británicos y estadounidenses han analizado la reacción de un grupo de voluntarios sanos o con diversas lesiones cerebrales mientras jugaban a la ruleta y las máquinas tragaperras. Los resultados muestran que todos los participantes presentaban las mismas falsas creencias asociadas a los juegos de azar, salvo los que tenian dañada la corteza insular, por lo que parece que esta parte del cerebro guarda relación con los comportamientos ludópatas.
Un nuevo estudio afirma que la edad del paciente influye en la presentación del trastorno de juego patológico y en su evolución clínica. Los resultados, publicados en la revista Journal of Gambling Studies, asocia una edad de inicio más precoz con una mayor severidad en la conducta del juego.
Desorganizada y emocionalmente inestable, inadaptada y con problemas de alcohol, impulsiva, o con una personalidad “globalmente adaptada”. Estos son los rasgos de los cuatro tipos diagnosticados para jugadores compulsivos que han identificado investigadores del Hospital Universitario de Bellvitge (IDIBELL) y de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB). Según el equipo científico, sólo uno de los cuatro evidencia una patología significativa.
Las personas jugadoras se inician con facilidad en la dinámica del juego en los bares, con las máquinas tragaperras.
En España, los juegos que más adicción generan son las máquinas tragaperras, seguidas de los bingos y los casinos.
Investigadores de la Universitat Autònoma de Barcelona han adaptado al castellano un test psicológico diseñado en los Estados Unidos para determinar problemas asociados con el juego patológico. El test ha sido probado con éxito en un estudio sobre una muestra de 596 personas, y ayudará a identificar estos problemas tanto en la población general como en poblaciones de alto riesgo.