La Academia Noruega de Ciencias y Letras ha otorgado el Premio Abel 2017, considerado el ‘nobel’ de las matemáticas, al francés Yves Meyer “por su papel clave en el desarrollo de la teoría matemática de las ondículas”. El análisis de estas pequeñas oscilaciones se aplica para procesar señales en campos tan dispares como el cine digital, las imágenes biomédicas y la detección de ondas gravitacionales, como las que ha descubierto recientemente el experimento LIGO.
Receta para una fusión de agujeros negros con onda gravitacional
Pocos meses después del gran anuncio de la primera detección de ondas gravitacionales, el observatorio LIGO confirma que ha vuelto a registrar estas ondulaciones del espacio-tiempo. La segunda señal se llama GW151226 y, como la primera, es fruto de la fusión de dos agujeros negros. Investigadores de la Universidad de las Islas Baleares participan en el descubrimiento.
El prototipo LISA Pathfinder de la Agencia Espacial Europea ya ha demostrado una tecnología que se podría usar en 2034 en el observatorio LISA de ondas gravitacionales. Los primeros resultados del experimento, presentados este martes en el Centro Europeo de Astronomía Espacial (ESAC) cerca de Madrid, revelan que se ha conseguido inmovilizar sus masas de prueba en el entorno más aislado jamás diseñado por el ser humano, donde la única fuerza que actúa es la de la gravedad.
El mayor espectáculo del universo, un hito histórico, una nueva ventana para conocer el cosmos, la demostración de que el espacio-tiempo está vivo… Así se expresan científicos de todo el mundo cuando describen la detección de ondas gravitacionales anunciada esta semana por la colaboración LIGO. Sinc ha hablado con media docena de físicos de primera línea de España y EE UU para que valoren su relevancia; entre ellos, Alan Guth y Andréi Linde, los padres de la inflación cósmica.
El físico y divulgador Paul Davies (Reino Unido, 1946) es uno de los muchos científicos que no pueden disimular su emoción después del anuncio que ha puesto en pie a astrofísicos y cosmólogos: la detección de ondas gravitatorias desde la Tierra. Según este profesor de la Universidad de Arizona, famoso por sus provocadoras opiniones sobre ciencia y religión, las ondulaciones recién captadas nos proporcionan un “tercer ojo” para observar el cosmos.
Aquel 14 de septiembre de 2015 saltaron las alarmas en los observatorios LIGO de Hanford y Livingston, en EE UU, tan solo tres minutos después de que una señal procedente de la fusión de dos agujeros negros llegara a la Tierra. En España era poco antes de mediodía, y los investigadores de la Universidad de las Islas Baleares que participan en este proyecto nunca olvidarán aquel día histórico en el que comenzó la astronomía gravitacional.
Entre gran expectación, los responsables del proyecto LIGO (Laser Interferometer Gravitational-Wave Observatory) han anunciado este jueves la primera evidencia directa de la existencia de ondas gravitacionales, una de las predicciones más importantes de la teoría de la Relatividad General de Einstein. También hoy está prevista la publicación de estos resultados en la revista Physical Review Letters. El hallazgo abre una nueva ventana a la observación del universo.
El observatorio LIGO en EE UU ha conseguido detectar por primera vez las ondulaciones en el tejido del espacio-tiempo, llamadas ondas gravitacionales. El descubrimiento confirma una predicción de la teoría de la relatividad de Einstein y abre una nueva vía para investigar el universo. La primera onda gravitacional observada se llama GW150914, y los científicos piensan que es fruto de la fusión de dos agujeros negros.