Investigadores del Centro de Regulación Genómica publican un trabajo en la revista Nature donde muestran que parte de la evolución es fruto de una combinación de dos mutaciones nocivas individuales. El estudio va más allá de la típica interpretación de la macroevolución y demuestra cómo las mutaciones deletéreas o nocivas, que a menudo se creía que no contribuían al proceso evolutivo, también pueden tener un papel importante en la evolución. Los investigadores han demostrado por primera vez la validez de la teoría de la evolución compensatoria que Kimura postuló hace 25 años.