Científicos del Programa de Túnidos y Afines del Centro Oceanográfico de A Coruña del Instituto Español de Oceanografía (IEO) han recuperado, a través de pescadores chilenos, una marca convencional implantada en un pez espada hace más de cuatro años. Durante ese tiempo el ejemplar pasó de 14 a 184 kilogramos, multiplicando así su peso por 13, lo que demuestra la conveniencia, no sólo biológica sino económica, de evitar la captura de peces espada juveniles.