Dice el refrán que “mucho vuela el viento pero más el pensamiento”. Y como todo dicho popular, éste guarda también su gran parte de verdad. Que se lo digan a todas aquellas personas cuyo trabajo depende o está relacionado con las condiciones climáticas. Profesiones tan dispares como la agricultura, la aeronáutica o la astronomía están en manos, en cierta medida, del tiempo atmosférico y, a pesar de sus diferencias, coinciden en tejer todo tipo de estrategias para que el temporal afecte lo menos posible a su labor.