La extraña biología de la larva de la langosta hace que su cultivo en cautividad sea muy complejo y delicado. Hasta ahora no existían mecanismos que permitieran completar su ciclo larvario fuera de su entorno natural, pero el trabajo de un grupo de investigadores de la Estación de Ciencias Marinas de Toralla permitió romper esta barrera. Han logrado completar parte del ciclo larvario de la langosta roja en cautividad, la común de las costas gallegas. Esta primera experiencia en este campo abre la puerta a futuros trabajos que permitan cultivar juveniles de langosta con garantías para afrontar todas las fases del cultivo de esta especie.