Este miércoles el Sol ha emitido una de las llamaradas más potentes de los últimos años, catalogada dentro de la clase X9, una de las mayores en la escala que mide la intensidad de estas fulguraciones. Los científicos siguen de cerca la radiación y posibles emisiones de masa coronal asociadas al fenómeno, ya que podrían afectar en los próximos días a las comunicaciones, además de producir auroras boreales en latitudes más bajas de lo habitual.
Un equipo de científicos de las universidades de Extremadura y Lisboa ha redefinido la duración del mínimo de Maunder, un periodo de tiempo en el que disminuyó significativamente la actividad solar. Hasta ahora se pensaba que duró entre 1645 y 1715, pero los análisis de los investigadores sugieren que acabó 15 años antes, sobre 1700.
Los planetas podrían perturbar el mecanismo que genera el campo magnético solar en una zona clave del interior de la estrella, según un estudio internacional en el que participa el Instituto de Astrofísica de Andalucía (CSIC). El fenómeno explicaría también otras periodicidades detectadas en la actividad magnética del Sol.