Muchas especies animales utilizan el olfato para detectar y prevenir a los depredadores, pero en las aves nunca antes se había examinado, ya que tradicionalmente, se pensaba que no usaban el sentido del olfato. Sin embargo, se ha descubierto que los pájaros, no sólo son capaces de percibir a su enemigo a través de señales químicas, sino que también modifican su comportamiento al valorar el riesgo de depredación.
El trabajo señala el canto de las aves como indicador de la vulnerabilidad de las poblaciones de aves amenazadas. Los investigadores han estudiado durante cuatro años las poblaciones de alondra ricotí en las estepas del Valle del Ebro.
Un grupo de investigadores ha desarrollado un nuevo sistema de marcaje que se centra en el monitoreo acústico de la alondra de Dupont, a partir de la capacidad de estas aves para reconocer a los individuos de su especie a través de los sonidos que emiten.