El Aptiense Inferior (hace unos 120 millones de años) fue una edad de intensa actividad volcánica en la Tierra. Las erupciones volcánicas emitieron grandes cantidades de CO2 a la atmósfera, revolucionando así el ciclo del carbono. En consecuencia, se produjeron grandes cambios en todo el sistema terrestre. La investigadora María Isabel Millán ha estudiado cómo se dieron esos cambios en el ambiente marino de Aralar (que por aquel entonces era mar), y se ha encontrado con más de una sorpresa. Ha dado a conocer sus conclusiones en una tesis doctoral presentada en la UPV/EHU.