Seis equipos de científicos compiten para monitorizar la biodiversidad de la Amazonía brasileña, donde ayer comenzaron las finales del premio XPrize Rainforest. Los finalistas tendrán que demostrar la eficacia de sus tecnologías que incluyen drones, robots e inteligencia artificial, entre otras.
Un trabajo, con participación del CSIC, indica que estos cambios dependen de la deforestación, el calentamiento global, la duración de la estación seca y la disminución de las lluvias.
En su selección anual de personajes, la revista científica británica ha incluido a cinco hombres y cinco mujeres que han marcado hitos en los ámbitos del espacio, la física, la lucha contra el cáncer, el cambio climático o la conservación del Amazonas, entre otros. La novedad de esta edición es que hay una plaza extra para un no humano: el chatbot de inteligencia artificial generativa creado por la empresa estadounidense OpenAI.
Un equipo científico internacional con participación española ha detectado el ADN de una bacteria del género Mycoplasma en la sangre de dos especies de delfines que habitan los ríos y lagos de la selva amazónica. Hasta ahora, estas bacterias solo se conocían en especies terrestres, en las que puede causar anemia, fiebre y hasta la muerte.
En unas tres cuartas partes de la Amazonia, la capacidad de recuperación de los bosques ante las perturbaciones ha disminuido desde principios de la década de 2000, lo que los científicos consideran una señal de alarma.
A pesar de ser conocida por los indígenas de un poblado peruano de la Amazonia, la rana danta –con nariz similar a la del tapir– había pasado desapercibida a la comunidad científica. Gracias a la ayuda de guías locales, un equipo de biólogos ha podido encontrar este diminuto y esquivo anfibio, protagonista del #Cienciaalobestia, a través del pitido que emite como llamada.
Un nuevo estudio internacional demuestra que los humanos utilizaron el fuego regularmente para limpiar pequeñas áreas abiertas en la selva de la Amazonia y, así, posiblemente atraer a grandes mamíferos hace unos 10.000 años. Sin embargo, los investigadores confirman que la deforestación es en realidad un fenómeno actual.
Un estudio de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona ha simulado las expansiones culturales desde la Amazonia durante el Neolítico. El trabajo muestra que estos movimientos podrían haber surgido de procesos demográficos similares a los que se produjeron en Eurasia, algo que, hasta ahora, se ponía en duda.
Las llamas en la Amazonia han puesto el foco de la comunidad internacional en una de las consecuencias más devastadoras del cambio climático: los incendios. El biólogo Lluís Brotons advierte de que no es un caso aislado y achaca gran parte de la responsabilidad a la deforestación. Más allá de la cuenca amazónica, el científico alerta de la aparición de focos en zonas sin apenas registro de incendios como Groenlandia.
Los grandes cambios de temperatura y de precipitaciones provocaron la desaparición de comunidades mucho antes de 1492, según un estudio publicado en Nature Ecology and Evolution y encabezado por Jonas Gregorio de Souza, actualmente vinculado a la Universidad Pompeu Fabra.